martes, 24 de noviembre de 2015

Mensaje de ayuda en auto, para los que se han ido de rosca:
A ver, a ver, muchachos díscolos. Desensillen un poquito del carromato del delirio y del efecto triunfalista que les tapa la razón, como una bola de sebo obnubilante de Vtros. elementales cerebelos...
¿Qué es esto de las pretendidas ondas de amor y paz con que intentan subyugarnos, ahora que han conseguido el objetivo de una alianza destituyente con los peores métodos? ¿Ahora, Néstor cabe en el cajón, ya no está vacío? Su funeral.. ¿ya no lo hizo Fuerza Bruta? ¿Ya no hay más armas en Casa de Gobierno para asesinar opositores por parte de la Cámpora? El nene Kirchner... ¿ya no es más un boludo que juega a la play, que tiene cuentas en el extranjero por U$S 400.000, o un ladrón, o un reclutador de asesinos? ¿Kicillof deja de ser un estúpido que pretende negociar con los buitres dejándonos en default; ya no es necesario patotearlo por los tilingos en el buquebus de regreso de Punta del Este? ¿Ya no cobra más $ 40.000.- mensuales por YPF? La presidenta ¿dejó de tener orgasmos como para publicar en los repugnantes pasquines del grupo? ¿Ya no son más de los Kirchner las bóvedas de Lázaro Báez que jamás existieron? El oscuro Nisman ¿Ya dejó de ser una vícitima de homicidio de Cristina y sus seguidores? Cristina, misma... ¿Dejó de ser la conchuda, yegua patagónica, bipolar, ladrona, que mató a su marido golpeador? Aníbal Fernández...¿ya no es el asesino efedrínico, ahora que perdió con la muchacha Vidal? ¿Ahora somos todos hermanos por obra y gracia del Arcángel Mauricio, multiprocesado y blindado por todos los medios? Ahora me colocan la celeste y blanca, después de truchar la de la Cámpora en las escuelas del interior, como si fuera verdad. De repente, ya no hay más dictadura a la que temíamos como a un monstruo y ahora tenemos que mirarnos a los ojos para comprender que el cambio es posible. ¿Por si fuera poco...., nos toman por boludos; luego de tres embates judiciales en la propia semana del balotaje, uno de ellos con insólito allanamiento al Banco Central por un juez impresentable y otro postergando por quinto año consecutivo la aplicación de la Ley de Medios Audiovisuales, votada por una mayoría abrumadora, y en clara defensa del grupo? ¿Pretenden, acaso, que les creamos apenas un poquito, si no fuera por el miedo pánico que les asiste de tener un Senado con mayoría del FPV, gran cantidad de provincias y municipios opositores? ¿Pretenden negar que si el resultado del balotaje hubiera sido exactamente al revés, el país en este momento estaría incendiado con acusaciones de fraude, al mejor estilo Capriles, con el antecedente miserable de Tucumán? ¿O no han leído y apoyado las irresponsables declaraciones de Carrió cuando la brecha se estrechaba, ayer domingo - no en el 2003 - referidas a los telegramas del Correo? ¿No? Busquen, como los autoproclamados paladines de la verdad republicana que alegan ser.
No queridos, míos. Más allá de cumplir con los ritos de la democracia, como corresponde a los verdaderos defensores del sistema, es obligatorio declarar bajo juramento un firme compromiso de defensa de todos y cada uno de los derechos reconocidos hasta el presente, en todos estos años de esfuerzo y compromiso. Al mismo tiempo, declarar que no les creemos ni un poquito así. Hemos visto las consecuencias nefastas de esta política de derecha berreta en favor de pocos. La padecemos actualmente en Capital Federal. Mucha gente quedó en el camino por obtener un país mejor; muchos no lo vieron. Muchos murieron. Ninguno del lado de los frívolos del globito, que siempre han caído parados, protegidos por el Sir Culo Rojo, que tan bien deschavó el Arcángel Mauricio y la propia mística des Carrió. Hagan su trabajo de gerentes del poder real. Nosotros controlaremos con todos los recursos de la democracia a nuestro alcance. Primera llamada: La Nación, hoy, ya les impartió las instrucciones respecto de los genocidas. A ver si responden a la altura de las circunstancias. No nos hagan quedar mal, que somos ejemplo reconocido en el mundo, en el tema, mal que les pese. ¡Ah! ... por si fuera necesario aclararlo... yo voté por otra política. Sí, sí, ya sé, los corruptos a la cárcel... pero... "todos" los corruptos. Saludos cordiales.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Haceme la merced de apartar ese prejuicito, por cortesía.



Salimos del club de ajedrez con el amigo Fernando. Se hizo casi la una de la mañana. En la vereda, algunos socios parloteando del más y del menos sobre la velada. Se acerca un señor de aspecto bastante humilde, con un pulóver raído aunque, aparentemente, limpio; pantalones gastados, algunos dientes menos y con un pucho en la mano que no hace mucho habrá recogido del suelo; o lo poco que quedó de vereda seca luego del chubasco. Pide fuego y no le damos. Nadie fuma. Somos gente sanita, no sé si me entiende. Advierto que el señor mal entrazado está… descalzo. No hace calor, precisamente, ni estamos en la playa. Estamos en zona centro-norte, Paraguay y Callao. No creo que sea por esnobismo o por padecer pie de atleta. Agradece el no fuego y se queda por ahí, mientras nos vamos despidiendo los contertulios de siempre. Mientras caminamos, le comento a Fernando una humorada del librito que estoy leyendo, referida a la pose de las estatuas: o bien están de brazos cruzados, o bien con el brazo extendido y con la palma hacia abajo. En el primer caso, se preguntan: “¿cómo bajo de aquí?”. En el segundo: “La basura llegaba hasta esta altura”. Festejamos el recurso hilarante del autor de “Exilados”. Fernando, el muy lector, inquiere y respondo que se trata de una obra teatral de Joyce. Instantáneamente oímos “¡Ulises!”. Volteamos la cabeza. Se trata del señor descalzo, que agrega algo más, mientras asiento un poco perplejo. Él acota que puede tratarse de su segunda obra y duda si es esa o “Dublineses”. Con Fernando entramos en la grata sorpresa y no salimos, y el señor descalzo acota: “¿Leíste a Henry Miller”. Fernando – destinatario de la pregunta – responde que no, pero que es muy probable que yo sí lo haya leído, porque soy afecto a las cuestiones eróticas; es decir, me tiene por puerquito. El señor descalzo ríe. Yo no leí a Henry Miller-sexus-nexus-plexus, pero intuyo que el señor sí. Nos reímos los tres, nos despedimos del señor descalzo y encaramos para la avenida Santa Fe muy convencidos - como que así lo hemos afirmado – de que esta historieta sería algo difícil de creer si nos fuera contada por algún otro terrícola.

Ponele hache.